miércoles, 11 de julio de 2012

TRATANDO LA HIPERACTIVIDAD POR MEDIO DE LA HIPOTERAPIA

Entre un 3 y un 5% de los niños escolarizados son hiperactivos, niños inquietos, impacientes, impulsivos, que no se centran en objetivos o finalidades concretas, que saltan de una cosa a otra, que no atienden a lo que se les dice; en definitiva, niños que no "oyen", no "obedecen", no "hacen caso".
Aparece entre los dos y los seis años y comienza a remitir durante la adolescencia." El problema
real de los niños hiperactivos se plantea ante aquellas situaciones en las que
se les exige control de los movimientos y mantenimiento de la atención.

POR QUÉ SON LOS CABALLOS COTERAPEUTAS.
· Al tener un cerebro desarrollado de una manera diferente al del ser humano, se genera la necesidad de romper la barrera presa depredador y entender las cosas que se nos presentan desde otro
punto de vista.
· Al estar en contacto con caballos se cambia la rutina diaria de las personas, y el caballo sirve para generar una interacción entre la persona y la naturaleza. Y exige que nos quitemos nuestras máscaras para poder estar a su lado.
· Nunca pregunta nada, pero exige una comunicación, lo cual hace pensar, hace sacar lo mejor de nosotros mismos y ayuda a que podamos llegar a conclusiones que de otra manera sería muy complicado.
· Ayuda a personas que no pueden moverse por sus propios medios a desplazarse sin necesidad de aparatos, en donde la persona es la que toma las decisiones.
· El estar en contacto con un animal de 500 kilos, mucho mas poderoso que cualquier persona, poderlo dominar y montar hace que las personas se sientan que nadie ni nada está por encima de ellos.
Ayudan a observar al mundo desde otra perspectiva
· Sin necesidad de reprimir ni de dar ordenes los caballos se encargan de colocar a cada quien en su lugar. Obligando al ser humano al mantener las defensas bajas.
Los niños hiperactivos constituyen un grupo muy heterogéneo. No todos presentan las mismas conductas alteradas. No coinciden en su frecuencia e importancia ni en las situaciones o ambientes en los que se muestran hiperactivos. Además, incluso difieren respecto al origen y posibles causas de sus problemas. Así, en la evaluación del niño hiperactivo intervienen varios profesionales, médicos (neurólogo, pediatra, psiquiatra), psicólogos y maestros fundamentalmente buscando un criterio común para la puesta en marcha de la terapéutica a seguir.
La evaluación se concreta en las siguientes áreas:
 Estado clínico del niño. Este aspecto se ocupa de los comportamientos alterados y anomalías psicológicas que presenta actualmente.
 Nivel intelectual y rendimiento académico.
 Los informes que proporciona el colegio han de referirse a cómo es la conducta del niño y sus calificaciones académicas en el curso actual y cómo han sido en años anteriores. En esta evaluación se tienen en cuenta
tanto los aspectos positivos como los negativos.
 Factores biológicos. Se evaluaran mediante un examen físico exhaustivo para detectar posibles signos neurológicos, anomalías congénitas u otros síntomas orgánicos que resulten de interés.
 Condiciones sociales y familiares. Se analizan: nivel socio económico, comportamientos de los miembros de la familia, clima familiar, relaciones interpersonales, tamaño, calidad y ubicación de la vivienda familiar, normas educativas, disciplina, cumplimiento de normas y horarios, actitudes de los padres hacia los problemas infantiles, factores o acontecimientos desencadenantes de los conflictos.
 Influencia del marco escolar. La evaluación de este aspecto está justificada por el papel que desempeña la escuela tanto en la detección de las alteraciones infantiles como en el tratamiento posterior.
 El interés se centra en dos áreas: factores personales y organización estructural del centro. Respecto a los factores personales, se analizan las actitudes de los maestros cuando los alumnos violan la disciplina o incumplen las normas escolares, así como las pautas de conducta que estos profesionales adoptan
cuando han de dirigir las clases; en definitiva, se trata de averiguar si son profesores autoritarios o flexibles. En cuanto a la organización del centro, interesa sobre todo los aspectos materiales y de funcionamiento, así como la ubicación del mismo y su estructura organizativa.
Además de los exámenes neurológicos que se apoyan en los datos proporcionados por el electroencefalograma y la cartografía cerebral, así como de la exploración pediátrica que insiste en ensayos de coordinación y persistencia de movimientos, la valoración de la hiperactividad se completa con una evaluación psicológica que tiene varios ejes: información proporcionada por adultos significativos para el niño (padres y profesores), informes del propio niño y observaciones que sobre su conducta realizan otras personas en el medio natural.



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